viernes, 17 de agosto de 2012 | 1 comentarios | By: Cristina

Nuevas Tecnologías al servicio de la Educación Física


El Instituto de Tecnologías Educativas (ITE), tiene una breve historia que ha evolucionado desde sus inicios, hasta convertirse en un referente para el profesorado en lo que a formación y recursos se refiere. En 1985, se inician los proyectos experimentales “Atenea” y “Mercurio”. Tres años después, en 1988, se integran en el Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (P.N.T.I.C). En 1992 las propuestas de los programas se integran en el sistema educativo. Y finalmente, en el año 2000, el P.N.T.I.C. y el C.I.D.E.A.D. (Centro para la Investigación y el Desarrollo de la Educación a Distancia), se fusionan creando el C.N.I.C.E. (Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa) para mas tarde dar paso al actual I.T.E.

De entre sus objetivos, destacan los siguientes:

• Desarrollo del portal educativo y cultural del Ministerio de Educación.
• Desarrollo de la Educación a distancia a través de las TIC.
• Producción de contenidos curriculares y no curriculares hipermedia.
• Participación en Programas y proyectos educativos de la CE.
• Coordinación con las iniciativas de Nuevas Tecnologías de las CCAA.
• Desarrollo de la Televisión educativa.

NOS PARECE SIGNIFICATIVO Y NOVEDOSO UNA SERIE DE UTILIDADES Y RECURSOS

Edusport: aplicación en formato Flash que, como comentan sus autores, “propone el desarrollo pedagógico para el área de Educación Física de los contenidos básicos formulados por el MECD para la Enseñanza Secundaria Obligatoria y el Bachillerato”. Presenta tres planteamientos distintos, ya sea el usuario profesor, alumno de ESO/Bachiillerato o público en general. Merece especial atención la atractiva presentación de los contenidos y la introducción de las unidades didácticas y los mapas conceptuales.

Educación y Atletismo: página web muy completa donde se tratan todos los temas relativos al atletismo, y su tratamiento teórico en el aula de Educación Física. Fue premio de materiales curriculares del CNICE en 2005.

La Odisea: diseñado por Antonio Vicent y Juan Manuel Aparicio, se presenta como un buscador de información educativa de todas las áreas curriculares. Muy útil para encontrar información sobre cualquier tema.

Mapas de la actividad física: desarrollado también por Antonio Vicent junto Mª Teresa Vera e Ignacio Fuentes, esta aplicación pretende facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje en Educación Física mediante mapas conceptuales navegables que ofrecen esquemas, textos, cuestionarios, imágenes y enlaces web con sus correspondientes visitas guiadas. Sirve para organizar, presentar y evaluar los diversos recursos materiales en su aplicación educativa.

Una Vida Saludable. ¡Cuida tu cuerpo!: distinguida en 1999 con el premio a los materiales curriculares en soporte electrónico que puedan ser utilizados y difundidos en Internet, esta aplicación permite a través de su web agrupar una serie de recursos educativos para utilizar en el ámbito de Primaria.

Fuente:
José Manuel Moreno
lunes, 6 de agosto de 2012 | 0 comentarios | By: Cristina

El TBO de la espalda

Aquí os dejo una divertida publicación para enseñar a los alumnos como tener una espalda sana.



Para ver el TBO haz clic aquí.
miércoles, 1 de agosto de 2012 | 0 comentarios | By: Cristina

El Olimpismo en Educación


Por olimpismo se entiende el movimiento internacional impulsado por el barón Pierre de Coubertin (1863-1937), consistente en la convivencia pacífica entre las naciones a través de la competencia deportiva, inspirado originalmente en las históricas justas atléticas de la antigua Olimpia (en el esplendor de la cultura griega, cuna del conocimiento occidental), lo que dio origen en 1896 a los Juegos Olímpicos de la era moderna.

Ante la efervescencia que provocan los Juegos Olímpicos de Londres, bien vale la pena reflexionar sobre los valores que se involucran en este magno evento de alcance mundial, debido a su innegable influencia en muchos ámbitos de la vida del hombre posmoderno, entre ellos, el educativo.

La educación, por su parte, representa el mecanismo por medio del cual unas generaciones transmiten su cultura a las nuevas generaciones para perpetuarla y, al mismo tiempo, contrariamente constituye el fundamento para el cambio y la renovación de lo obsoleto hacia niveles sociales superiores, con lo que simultáneamente se reproducen patrones y valores mientras se cuestiona su existencia.


La transmisión cultural en la escuela no solamente ocurre de manera formal en la enseñanza de contenidos de las diferentes materias, también de modo informal se está bajo la influencia del mundo circundante: las relaciones entre compañeros y con el maestro en el aula, la convivencia con otros niños en el patio, con los demás maestros y con otros adultos en la tienda escolar, las formas de recibir la clase, las ceremonias cívicas, los festejos, los concursos y eventos especiales, etc., todos son hilos transmisores de lenguajes y códigos que el individuo incorpora como esquemas mentales que luego influyen en la forma de entender la realidad y de comportarse; de ahí la importancia de cuidar y estar atento en lo que ocurre en el universo escolar.

La liga que más comúnmente suele establecerse para relacionar el deporte olímpico y la educación es a través de las clases de educación física que se cursan en la escuela básica, en las que el deporte se incorpora como uno de los contenidos curriculares. En muchos casos también se aborda la historia de los Juegos Olímpicos o se toman las hazañas de los deportistas que en ellos participan como medios para despertar el interés e incentivar la participación del alumnado. Sin embargo, nos preguntamos si el olimpismo es algo realmente valioso para la educación.

Cuando el maestro de educación física expresa en la clase sus preferencias por algún equipo profesional de fútbol, cuando comenta noticias sobre sus partidos, su entrenador o sus jugadores, cuando se promueve su imitación, etc., se genera un ambiente en el cual se asumen estos hechos como importantes, y se puede decir que se integran en el alumno como un valor: “Los valores hacen referencia a modelos ideales de actuar y de existir que el ser humano aprecia, desea y busca, y a través de los cuales interpreta el mundo y da significado a su existencia”.

Por esta razón, es conveniente confrontar los valores del olimpismo actual, como expresión máxima del deporte, con los valores educativos.

Según algunos autores, no pueden llamarse deportes cualquier tipo de ejercitación corporal, sino sólo a aquellos surgidos en el marco del capitalismo inglés y sus derivaciones, caracterizados por la competencia, una estricta reglamentación y organizados en torno a federaciones. Se dice que originalmente el deporte incorporó valores como el culto por el esfuerzo, el desprecio al peligro, el amor a la patria, la generosidad, el espíritu caballeresco, la estimación por las artes y las letras, etc.; en suma, se aspiraba a un estilo de vida en búsqueda de su significado universal.

Cautivado por estos principios, el Barón de Coubertin introdujo a la Europa continental el deporte inglés, agregándole los valores griegos de la paz y hermandad (tregua olímpica en conflictos armados), la lucha con honor, la abnegación, la modestia; y él mismo le imprimió su deseo de participación desinteresada: “Lo importante no es ganar, sino competir”.

No obstante, con el tiempo el deporte olímpico fue cambiando hasta convertirse en un verdadero fenómeno social y, de la mano de los medios de comunicación, se volvió espectáculo de las masas y objeto de consumo que generó toda una industria, incorporando una serie de valores muy lejanos a los que le acompañaron en su nacimiento, entre ellos las rivalidades, la sobrevaloración del triunfo y la derrota por encima de la participación, los fanatismos, el fenómeno consumista, etcétera. 


Esa importancia desmedida tomada por el espectáculo deportivo es totalmente perversa. Justifica la selección, el individualismo, la competencia entre la gente, consolida el espantoso mito del éxito individual, del self made man, pilar de la ideología estadounidense que gana terreno en todo el planeta. El mundo pertenece a los vencedores. Fuera los débiles.

Los impulsores de este tipo de deporte, como deportistas olímpicos (activos y retirados), cadenas televisivas y sus comentaristas, políticos y dignatarios, entre otros, han querido ver a la escuela como la base de una pirámide (“el semillero”) cuya cúspide sería el deporte de alto rendimiento. Por ello conviene deslindarla, porque se trata de algo incompatible entre los valores expresados y los estrictamente educativos.

El papel de la educación física escolar no es el de formar campeones, seleccionar talentos, ni adiestrar a los alumnos para el alto rendimiento deportivo, su misión está centrada en educar a través del movimiento, procurando que todos los alumnos se apropien de los suficientes conocimientos, hábitos y actitudes, relacionados con su motricidad, que les permitan responsabilizarse del cuidado y mantenimiento de su propio cuerpo el resto de su vida.

Como puede apreciarse, existe una diferencia muy notable entre el deporte espectáculo y la educación física; sin embargo, es justo reconocer que el deporte es un rasgo de la cultura física, histórico y distintivo de la sociedad actual y, como tal, está justificada su transmisión a través de la escuela; pero se trata de una actividad que ha de responder a un fin eminentemente educativo; se alude pues a una modalidad llamada deporte escolar, “de carácter lúdico, cuya reglamentación, instalaciones y equipo son adaptados a las características de los niños y jóvenes en edad escolar… A través de él se busca canalizar adecuadamente la competencia y durante su práctica propiciar la adquisición de actitudes y valores que enriquecen la interacción social de los alumnos.”

Entonces, ¿cuáles son las actitudes y los valores que deben promoverse en el deporte escolar? Las de tipo individual como el esfuerzo, el respeto, la dedicación, la concentración, el empeño, la disciplina, entre otras, que favorezcan el desarrollo motor del alumno y le autoafirmen su personalidad. Además de las de tipo social como la cooperación, la solidaridad, la lealtad, el compañerismo y el respeto a los demás y el entorno, entre otras, que permitan el establecimiento de lazos de cohesión y ambientes de cordialidad para una mejor convivencia social.

Se tiene que reconocer que es difícil sustraerse a la influencia de los medios (sobre todo la televisión), y como docentes o padres terminamos reproduciendo comportamientos del deporte comercial con los niños; sirvan entonces las líneas anteriores para establecer juicios críticos sobre los contenidos que verdaderamente educan y para entender que eventos tan relevantes para el deporte de alto rendimiento como los juegos olímpicos, campeonatos nacionales, internacionales o mundiales, etc., son un espectáculo digno de admirarse, pero sin llegar al fanatismo, que muchas veces ha orillado a la expresión incontrolada de conductas antisociales y desgracias tristemente recordadas.

En conclusión.

El deporte es una actividad con múltiples expresiones y modalidades que conllevan un conjunto de valores; para cumplir con sus finalidades formativas, la educación formal emplea una modalidad deportiva denominada deporte escolar con el propósito principal de coadyuvar a la conformación de los educandos en personalidades más íntegras en lo individual y lo social. Como consecuencia de lo anterior, también es papel de la escuela promover que los alumnos establezcan criterios claros sobre lo que es el deporte espectáculo, a fin de que puedan asumir actitudes críticas y responsables respecto a sus valores evidentes y encubiertos.

Fuente:

 
CAPEL, Susan y Jean Leah, Reflexiones sobre la Educación Física y sus prioridades, SEP, México, 2002.
CONTRERAS Jordán, Onofre, Didáctica de la Educación Física. INDE, Barcelona, 1998.
SEP, Programa de Educación Física, México, 1994.
VELÁZQUEZ Callado, Carlos, Las actividades físic
as cooperativas, SEP, México, 2004.

El valor educativo del deporte y de la actividad física


La educación física y el deporte tienen unos altos valores educativos y, bien encauzados, prestan un servicio muy importante a la formación de una personalidad fuerte, sacrificada y con capacidad para superar dificultades y obstáculos.

La actividad física y deportiva es una necesidad biológica y, por tanto, ha de formar parte del pleno desarrollo y conservación armónica del organismo, que debe estimularse  y planificarse a lo largo de las diversas etapas de la educación; labor para la que es necesaria una programación con un desarrollo exigente y de calidad, que viene desempeñando el profesorado de Educación Física a plena satisfacción.

La educación física y el deporte tienen una serie de componentes físicos y psíquicos que favorecen el proceso educativo; enseñan a superarse, a dedicar tiempo y esfuerzo a conseguir metas, es decir, a aplazar el éxito y a saber que éste llega con dedicación y sacrificio; a acatar las normas, lo que es de indudable valor para completar el proceso de socialización y, por supuesto, a practicar siempre el juego limpio, formándose en un concepto competitivo que evite las trampas de cualquier clase, dirigido éste a vincular superación con la máxima limpieza moral; también a trabajar solidariamente en equipo y a superar las tentaciones egocéntricas, a la vez que a favorecer el conocimiento de sí mismos y en relación con los demás.

Tiene especial relevancia que el deporte enseña a encajar las derrotas, sabiendo que para lograr triunfos es necesario sobreponerse a fracasos, y también a no dormirse en los laureles, a la vez que enseña a relativizar y a compartir los éxitos. Las civilizaciones clásicas valoraron muy positivamente la educación física y el deporte. Platón consideraba estos aspectos la primera fase o el primer peldaño educativo y los romanos divulgaron el mens sana in corpore sano, percibiendo con toda claridad que, para poder disfrutar de una actividad intelectual fecunda, era necesario compaginarla con el adecuado ejercicio corporal.

En España, debemos tener presente la labor realizada por la Institución Libre de Enseñanza, con sus excursiones, su contacto con la naturaleza y el conjunto de actividades pedagógicas destinadas a armonizar y equilibrar todas las potencialidades de niños y adolescentes.

Por su parte, don José Ortega y Gasset, también dedica páginas muy brillantes del conjunto de  su obra a elevar la moral en el sentido deportivo del término y a considerar que, sin un adecuado desarrollo corporal, no hay educación integral posible. En la actualidad, pensadores de la categoría de Howard Gardner, en el desarrollo de su teoría de las inteligencias múltiples, –en su From of de mind: The Theory of Multiple Intelligences, (1983) – señala cómo éstas interactúan, pero señala, igualmente, cómo una de ellas, la kinestésica, está estrechamente vinculada a la práctica deportiva, al lenguaje corporal, al manejo de los sensores corporales, a la danza, al arte dramático, etcétera.

No quiero dar por finalizadas estas reflexiones sin valorar, muy positivamente, el esfuerzo de los jóvenes deportistas, que compaginan los programas de tecnificación o de alto rendimiento con la atención a las necesidades formativas, lo que les permite, asimismo, superar sus metas académicas.

Fuente:
Francisco Benito Cristóbal
Catedrático de Biología y Geología
Director IES Ortega y Gasset de Madrid